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Unos niveles adecuados de magnesio evitan las fracturas óseas en los mayores

Unos niveles adecuados de magnesio evitan las fracturas óseas en los mayores

Con el paso de los años, nuestros huesos se vuelven más débiles y tienen un mayor riesgo de romperse. De hecho, las fracturas óseas suponen una de las principales causas de discapacidad y morbilidad en las personas mayores. Y no tanto porque la edad nos haga más propensos a las caídas, sino porque los huesos ya no son tan fuertes y, por ende, son más proclives a romperse sin necesidad de sufrir un impacto –como suele ocurrir, por ejemplo, en el caso de las fracturas de cadera–. Entonces, ¿qué se puede hacer para tratar de prevenir estas fracturas? Pues básicamente, mantener unos niveles adecuados de calcio y de vitamina D, que ya han demostrado jugar un papel esencial en nuestra salud ósea. Pero, ¿qué pasa con el magnesio? No en vano, también es un nutriente esencial y un componente fundamental de los huesos. Sin embargo, ningún estudio ha mostrado que los niveles de magnesio jueguen ningún papel sobre las fracturas óseas. O así ha sido hasta ahora, dado que un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) constata que los varones mayores con unos niveles adecuados de magnesio tienen un riesgo menor, y en ocasiones incluso inexistente, de sufrir una fractura de hueso.

Como explica Setor Kunutsor, director de esta investigación publicada en la revista «European Journal of Epidemiology», «nuestros hallazgos sugieren que la evitación de unas bajas concentraciones de magnesio en sangre puede ser una estrategia muy prometedora para la prevención de las fracturas óseas».

Riesgo nulo

Para llevar a cabo el estudio, los autores realizaron un seguimiento durante más de 20 años de la evolución de 2.245 varones de mediana edad. Y lo que vieron es que aquellos participantes con unos bajos niveles plasmáticos de magnesio tenían un riesgo considerable de padecer una fractura ósea, muy especialmente de la cadera. Sin embargo, esta probabilidad de fractura se vio reducida en hasta un 44% en caso de tener unos niveles elevados de este nutriente. De hecho, ninguno de los 22 participantes con unos niveles séricos muy elevados –superiores a 2,3 mg/dl– padeció una sola fractura de huesos a lo largo de las más de dos décadas de seguimiento.

Entonces, y con objeto de alcanzar unos niveles adecuados en sangre, ¿debe recomendarse que las personas mayores tomen suplementos nutricionales que contengan magnesio? Pues no. O al menos de momento. Y es que los resultados también mostraron que la ingesta diaria de este nutriente no se asoció con una reducción del riesgo –aunque tampoco con un incremento– de fracturas óseas. Un hallazgo que se encuentra en consonancia con los de los múltiples trabajos realizados al respecto hasta la fecha.

Es cierto que los niveles plasmáticos de magnesio dependen de la ingesta del nutriente a través de los alimentos y el agua. Pero también es cierto que no siempre sucede así en el caso de los mayores, de las personas con padecen ciertos trastornos intestinales o de aquellas que toman algunas medicaciones específicas. Y es que en estos casos, el incremento de la ingesta de alimentos ricos en magnesio no conlleva necesariamente un aumento de los niveles en sangre de este nutriente. Tal es así que estas personas no solo deben tomar suplementos, sino también, y sobre todo, recibir tratamiento para aquellas enfermedades subyacentes que interfieren en el metabolismo de este nutriente.

Sea como fuere, y dado que las concentraciones bajas de magnesio sérico son ciertamente comunes en la población, los resultados, en opinión de los autores, pueden tener implicaciones en materia de salud pública. Más aún en el caso de las personas que, de mediana edad o mayores, son propensas a las fracturas óseas.

Hacen falta más estudios

En definitiva, y en aras de gozar una buena salud ósea, hay que vigilar los niveles de magnesio en sangre. Algo que no se hace a día de hoy de forma rutinaria en la práctica clínica y que provoca que las personas con deficiencias de este nutriente sean difíciles de identificar. Por ello, apuntan los autores, «nuestros hallazgos podría ayudar a la inclusión de la evaluación de los niveles de magnesio en los análisis sanguíneos rutinarios, especialmente en la población mayor».

Sin embargo, aún no se puede establecer si es conveniente recurrir a los suplementos nutricionales para corregir esta posible deficiencia. Es decir, hacen falta más estudios.

Como concluye Jari Laukkanen, co-autor de la investigación, «la evidencia acumulada sugiere que el incremento de las concentraciones séricas de magnesio puede proteger contra el futuro riesgo de fracturas. Pero por lo que respecta al uso de suplementos, necesitamos más ensayos clínicos para analizar sus posibles implicaciones terapéuticas».

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